Ayer fue viernes (sí, lo fue) y, como cada viernes, hicimos una locura. (La locura de la semana anterior fue la de poner doce huevos amorfos en la carretera. [?]) Ayer escribimos el nombre del blog (Egg Age) utilizando una gran cantidad de huevos. En total, 191.
Fue un trabajo costoso, pero no nos llevó demasiado tiempo. ¿Cuánto? ¿Veinte minutos? ¿Quince minutos? Sí, más o menos. Durante los cuales
Si mal no recuerdo, eran las 18:15 cuando una vieja se nos acercó a preguntarnos qué hacíamos y, cuando se fue, llegó un hombre que
Y se fue como llorando. [?] Sí, noté que se iba con una terrible pesadumbre encima. Probablemente pensaba, mientras se alejaba, en lo cerca que había estado de conseguir unos huevos mágicos, ideales para sorprender a su mujer.
Continuó caminando lentamente hasta que, como por arte de magia, desapareció entre los muros del cementerio. [?]
Cuando terminamos de escribir Egg Age, retiramos las cajas de huevos que había alrededor del texto y encendimos la cámara, con la que sacamos estas preciosas fotografías:
PD: Para realizar esta locura compramos treinta docenas de huevos, pero al final sólo utilizamos dieciséis. Qué lástima.
Publicado por: Enri.